Al frente del negocio, La familia Puertas con Carlos Puertas como maestro asador, quien da nombre al Restaurante y quienes, durante 40 años, han capitaneado el Mesón Molinero de la localidad siendo pioneros del pincho de lechazo churro a la brasa de sarmiento que ha situado a Traspinedo en el mapa y que ha convertido a este pequeño pueblo en punto de peregrinaje nacional para la degustación de este manjar castellano, para muchos, más sorprendente y rico que en su otra versión más conocida de asado. De hecho, los 6 restaurantes del municipio, todos ellos dedicados a este manjar, han nacido a lo largo de los años al albor de la fama creada y mantenida por esta familia.
Especialidad basada en hacer poquitas cosas, pero de una manera sobresaliente. Nuestra recomendación pues, ha de ser a toda su carta. El pincho de lechazo hecho a la brasa de sarmiento de la Ribera del Duero que le ha consagrado como referente nacional en esta especialidad, sus entrantes de chorizo frito y raciones de queso de oveja y jamón, sopas de ajo castellanas, su ensalada perfectamente aliñada y su postre de tarta de nata y piñones. Además, en esta nueva etapa han incorporado algunas novedades como las mollejas de lechazo al estilo Carlos o algunas otras carnes a la parrilla y raciones en barra. Todo ello servido con la simpatía de los hermanos Puerta y la profesionalidad y buen hacer de muchos años de oficio. Todo un Mesón Castellano paladar y tomar.
Situado en la Plaza Jardines de la localidad y con capacidad para 150 comensales se pueden celebrar en El Laurel de Baco todo tipo de eventos y citas festivas: bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, aniversarios, comidas de empresa o banquetes especiales.
Sin duda, un lugar con encanto en el que yantar las mejores viandas castellanas con sabor a cocina de fogones y cazuelas a la antigua usanza. Y todo ello con el trato amable y familiar de los propietarios, Raúl Villa y Nines Lucas, y el equipo de profesionales que atiende el restaurante donde se pueden degustar exquisitas elaboraciones gastronómicas: pincho de lechazo, solomillo, chuletón de buey, toda clase de guisos caseros, cuartos de lechazo por encargo, lubina, dorada o merluza, así como raciones de pulpo, gambas al ajillo, calamares, revueltos de setas y ajetes, callos, oreja, sepia,… entre otras muchas opciones, y una selección de vinos con clase de las distintas denominaciones de origen.
Todo empezó como el sueño de una noche de verano de 1985.
Actualmente, con más de veinticinco años de trayectoria profesional, el Mesón Los Doce Arcos se ha convertido, sin lugar a dudas, en un referente en el arte de asar.
El Pincho de Lechazo Churro a la brasa de sarmiento es nuestra especialidad y cada vez más personas disfrutan de su sabor incomparable, como lo vienen haciendo los habitantes de Traspinedo desde tiempos inmemoriales.
Las brasas del Mesón Molinero siguen encendidas desde el año 1970. Allí te esperamos para degustar los famosos Pinchos de Lechazo asados al sarmiento regadas por buen vino, acompañadas de ricos entrantes y postres. Todo ello con la atención familiar de las Hijas de Guillermo Puertas, pionero del Pincho de Lechazo al Sarmiento.
Desde finales de la década de los años 70 del siglo XX el mesón Lo Rico de Castilla es uno de los establecimientos hosteleros de Traspinedo pioneros e históricos en elaborar y comercializar el pincho de lechazo asado a la brasa de sarmiento.
De generación en generación, este restaurante se ha convertido en un emblema gastronómico de la localidad al que acuden comensales de distintas zonas de la geografía nacional debido, en gran parte, a su variada y deliciosa carta de productos, y también por el trato agradable y cercano que hace que la visita se vuelva a repetir con asiduidad.
Excelente cambio el que ha dado la nueva dirección con Doroteo López al frente al antiguo Mesón de Benito en Traspinedo, reconvirtiéndolo en el nuevo "Entre Brasas y Sarmiento". Manteniendo la estructura del bonito local le ha hecho un sorprendente lavado de cara resaltando elementos como sus maderas y comedores con una buena y lograda iluminación. Especial mención a la estrella de madera del techo de su comedor grande, una verdadera obra de artesanía a la que han dado el protagonismo que merece.
Respecto a la carta, ha sabido combinar muy bien el producto estrella de la localidad como es el pincho de lechazo churro a la brasa de sarmiento con otras carnes como el conejo a la brasa o el chuletón de buey con otra serie de platos ideados especialmente para dicha carta por el reconocido cocinero Gonzalo Diez Campo, entre los que nos han gustado especialmente el bacalao a la brasa al ajo arriero sobre una base de patatas panaderas, jugoso y buenísimo, los huevos rotos con alcachofas y crujiente de jamón, sorprendente y delicioso o su pulpo a la brasa. Sus ensaladas, tanto la de ventresca como la de queso de cabra y mouse de pato, riquísimas y sus postres caseros originales y muy buenos. Todo ello muy bien presentado y emplatado.