La bodega se alza cerca del Duero y adorna una carretera tan castellana como la que une Soria con Valladolid. Un canto a la piedra, sólida y rústica con evocación monacal por sus arcadas, torres a los lados y, en el centro, el campanario coronado por la veleta de los vientos. Fuera la piedra y dentro la cálida madera del olmo dan la bienvenida al visitante y preparan su ánimo para probar unos vinos especiales.
Fundada a comienzos de los 90 por la familia Arzuaga Navarro, se alza cerca del Duero y adorna una carretera tan castellana como la que une Soria con Valladolid. Un canto a la piedra, sólida y rústica con evocación monacal por sus arcadas, torres a los lados y, en el centro, el campanario coronado por la veleta de los vientos.
Fuera la piedra y dentro la cálida madera del olmo dan la bienvenida al visitante y preparan su ánimo para probar unos vinos especiales.
Fue Florentino Arzuaga, un gran amante del vino, quien fundó Bodegas Arzuaga- Navarro tras comprar la Finca La Planta, situada en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, y lugar donde conviven la flora y la fauna de la zona. Una flora compuesta de pinos, encinas y sabinas y una fauna formada por jabalíes y ciervos, en ella vio el gran potencia de la finca que, por su dimensión, tiene horizonte propio, después vinieron las cepas, la bodega y el vino; un tinto como a él le gustaba: con esqueleto pero elegante, rotundo y complejo a la vez. La familia Arzuaga lleva en su ánimo la tenacidad del emprendedor pero con la sensibilidad por la estética y la perfección.
Abadía Retuerta es testigo de la historia y un lugar de encuentro entre la tierra y la vid. Es nuestra misión respetar y conservar el legado recibido, el entorno, el monasterio y sus vinos, devolviendo a esta tierra, mejorado y aumentado, lo que tan generosamente nos ha dado.
Nuestros vinos, producidos a partir de la selección de las mejores uvas de nuestros pagos, son una decidida apuesta por los vinos de terroir.
Durante la Reconquista, con el fin de asentar el cristianismo en tierras castellanas, el Conde de Castilla mandó edificar una red de conventos-fortaleza. Como consecuencia de esto, en el año 1146 la orden Premonstratense construyó el monasterio de Nuestra Señora Sta. María de Retuerta en un inmejorable enclave a orillas del río Duero.
Aunque los comienzos no fueron fáciles, en los años 70 del siglo pasado, el tiempo terminó dando la razón al empeño y tesón del joven Alejandro Fernández. Tras más de 10 años de duro trabajo, aquel pequeño lagar de piedra del siglo XVI fue el germen de una de las bodegas más prestigiosas de España. En la actualidad, los resultados de tan gran esfuerzo son apreciados en todo el mundo.
Los viñedos de Tempranillo, la "reina de las uvas", la delicada variedad en la que Alejandro es un maestro, surcan estas tierras castellanas regadas por el Río Duero. Las viñas, arregladas siempre en espalderas bajas, “para recoger mejor el calor del suelo”, son factorías de sensaciones y placeres que llegaran a través del vino. Crecen en un suelo pobre, pero bien drenado, de arenas y gravas sobre un fondo de calizas y arcillas, que resulta ideal para que las cepas, con la ayuda del aire, la lluvia y el sol, fabriquen aromas y sabores cuajados de matices y los atesoren en las uvas. De sus más de 200 hectáreas de hermoso viñedo se elaboran vinos en los que la madera guarda un enorme respeto hacia la fruta; vinos que, con el paso de los años, ganan en complejidad y en matices sin perder su carácter original y que han hecho de Tinto Pesquera sinónimo del mejor vino de la Ribera del Duero.
PROTOS, del griego “Primero”, bodega centenaria que desde 1927 se ha mantenido fiel a su lema de SER PRIMERO, como una actitud de superación constante en el día a día y en todos los procesos, todo ello con la sola premisa de la calidad por encima de todo, convirtiéndose en icono altamente valorado en los mercados internacionales, pues la marca se comercializa en más de 90 países de los cinco continentes.Gracias a sus nuevas instalaciones diseñadas por el prestigioso arquitecto ganador del Premio Priztker Sir Richard Rogers, se sitúa una vez más, a la vanguardia en el panorama vitivinícola y enoturístico de la Ribera del Duero.Todas las visitas de Bodegas Protos incluyen un recorrido por la bodega de crianza, (que transcurre a lo largo de 2 kilómetros de galerías subterráneas situadas bajo la montaña en donde se asienta el Castillo de Peñafiel), y por la nueva bodega diseñada por el prestigioso arquitecto Richard Rogers.
En pleno corazón de la Ribera del Duero, en la provincia de Valladolid, situado en un marco incomparable, asoma el Restaurante Cepa 21 que se funde junto con la bodega, de la que forma parte, en un entorno privilegiado de cepas centenarias, proyectando una imagen de serenidad, elegancia y armonía que resumen la esencia del vino y la gastronomía que en ella se elaboran.
Tomando como base la gastronomía tradicional, Alberto Soto, pone un punto de imaginación en cada plato, llenando de magia los ojos de nuestros invitados y sorprendiendo a los paladares más exigentes, gracias al mimo y al cuidado de la materia prima. Ha sido nombrado ‘Mejor cocinero de Castilla y León 2014‘ por la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía y Alimentación.
Atención personalizada es posiblemente la característica que mejor defina el trabajo de un equipo joven que transmite su pasión y experiencia, y que ha sido reconocida por la prestigiosa Guía Repsol concediéndole 1 Solen su última edición.
Cepa 21 se ha convertido en un referente en la organización de bodas y eventos en la zona de la Ribera del Duero. Cepa 21 sorprende por sus modernas y amplias instalaciones, a las que se unen una cocina basada en los sabores tradicionales con el punto justo de modernidad que sorprende a los invitados y asistentes.
Vega Sicilia forma parte de la historia del vino español de alta gama y es un mito, refrendado por la sociedad, desde hace cinco generaciones. En 1864 comienza una trayectoria ininterrumpida hasta ahora, momento en el que el vino ha pasado por cuatro familias diferentes.
En 1982, la familia Álvarez compra la bodega centenaria. La remodelación de su viñedo e instalaciones, la mejora de los procesos de elaboración y crianza la han situado en un hegemónico lugar de la moderna enología. Vega Sicilia mantiene una política de calidad que comienza por la diversificación de suelos y parcelas. La meticulosidad de las prácticas culturales, tratamientos y vigilancia constante de los rendimientos consiguen, cada vendimia, una uva sobre la que descansa el prestigio de sus vinos. El esquema varietal de los Vega Sicilia alterna, porcentualmente, un cuarteto ya legendario: tinto fino, cabernet sauvignon, merlot y malbec.
La firma cuenta con tonelería propia que renueva y construye el parque de barricas y tinos, auténtica columna vertebral de uno de los tintos más longevos de España.